Blogtober 2018,Momentos

TBT: Praga

Blogtober día 18.

Esta vez decidir de qué viaje hablar estuvo difícil. Quería hablar de algún lugar de México pero también quería contarles de una experiencia que disfruté muchísimo, mi primer viaje sola.

En el verano del 2014 me fui a visitar a mi hermana a Bratislava. Ya que llegué nos fuimos juntas a Budapest, y luego yo agarré camino por mi cuenta a Praga. Era la primera vez que viajaba sola y estuvo padrísimo.

Me fui de Bratislava a Praga en camión, un trayecto que duró unas casi 3 horas. Sabía lo que tenía qué hacer al llegar: comprar el boleto de regreso, agarrar un mapa y no tenerle miedo a nada.

Gracias a la tecnología viajar sola no estuvo tan difícil. Me volví fan de google maps, soy un poco desubicada así que tener un mapa que te dijera dónde dar vuelta, te enseñe fotos de la calle y que te hable, fue lo mejor.

El primer día que llegué era una emoción/miedo de ver lo que me esperaba. Una vez instalada en mi hostal me fui a caminar al centro, y entonces me di cuenta que de seguro me iba a perder en esas calles sin sentido.

Pero al llegar al río todos mis miedos desaparecieron. Recuerdo ir caminando mientras unos músicos tocaban en una terraza frente al río, en eso apareció el castillo a lo lejos y todo a mi alrededor estaba de cuento, entonces supe que todo iba a estar bien.

Viajar sola es salir de tu zona de confort. Yo no soy de las personas que le sacan platica hasta las piedras, soy mas bien de las que observa y luego que se siente en confianza ya no sabes como callarme jeje. Pero en este viaje gracias al grupo del walking tour, formado por españoles, un chileno y yo, aprendí a que tengo que observar menos y hablar más. Al final celebramos el tour comiendo un mundo de comida checa y cheve.

Aprendí a cuidarme, a caminar con seguridad y siempre estar pendiente de mi entorno. Y aun así, me perdí. Queriendo llegar al castillo no sé que pasó y terminé por otro lado. Ahí volvió el miedo, me acuerdo que pasó un vato que no me dio confianza y sabe que me dijo en checo y yo ah caray aquí no hay para dónde correr, en eso apareció un chino y lo seguí, sabía que el me guiaría a mi castillo.

En este viaje también aprendí a estar sola, a tener conversaciones conmigo misma, a beber cerveza en compañía de extraños, a hacerme amiga del bartender, a confiar en mi instinto y a caminar como si no hubiera un mañana.

Lo que más me gustó de viajar sola fue el ser dueña de mi tiempo, el decir voy para acá y camino mil, o me voy a desayunar una cerveza (cosa de los checos) y ver el mundo pasar. Praga es una ciudad hermosa, perderse es parte de la experiencia y me encantó que por donde anduviera siempre había música.

Fue un viaje que me hizo madurar, valorar y disfrutar al máximo.

Me hubiera gustado leer un poco de lo que escribí en mi diario de viajes pero no lo busqué a tiempo, pero para la otra semana de ahí me inspiraré para la siguiente entrada.

Muchas gracias por leer, esta segunda mitad de blogtober no ha sido fácil. Últimamente me ha costado mucho salir de mi zona de confort, así que por eso mismo no voy a dejar de escribir y seguiré viendo qué más hago para “incomodarme”.

Los invito a salir de su zona de confort el fin de semana y me cuentan qué tal :).

Hasta la próxima.

#ladelacadenita

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El Slona fue mi bar de todos los días
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La pared de Lenon
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Espero siga ahí
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Desde el castillo

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Arriba del mapa para ubicarme, pedirle a un extraño tomar la foto fue genial (y fueron varias tomas jaja)
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Reloj astronómico

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3 comentarios

  1. Que viaje tan increíble! Me encanto tu descripción!

    1. Carmen Lucia dice:

      ¡Muchas gracias! Sí, estuvo genial, saludos 😀

  2. […] Día 18. TBT: Praga […]

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